Gray (1971) dice “Consideramos al miedo, como un hipotético
estado del cerebro o sistema neuroendocrino, que surge en determinadas
condiciones y se manifiesta por ciertas formas de comportamiento”.
En el desarrollo de las teorías explicativas del miedo, hay
contribuciones de la psicología conductista (Watson, 1924). En esta teoría, calificada
de simplista posteriormente, se señala que los estímulos atemorizantes innatos,
es decir, aquellos que no hemos aprendido, sino que simplemente desarrollan
miedo, debido a su potencial carácter peligroso para el individuo, podrían ser:
El ruido, la pérdida de soporte inesperada, y el dolor.
También los etólogos con sus conocimientos e
investigaciones, dieron nuevas perspectivas al tema, así Tinbergen en su libro,
“estudio del instinto”. Se refiere al trabajo realizado con Lorenz sobre
siluetas amenazantes o peligrosas de aves, para los patos y los gansos,
intentando demostrar e ilustrar el carácter instintivo de los comportamientos
del miedo.
Realmente de los trabajos de Tinbergen, se
puede deducir, con mayor claridad, que un estimulo novedoso, en sí mismo,
produce temor.
Los trabajos del etólogo británico
Robert Hinde y los de Hartley (1954) si llegaron a probar que en ciertas
variedades de aves existen unos temores innatos frente a depredadores, que se
expresan como comportamientos de alboroto o huida.
Algunos experimentos sobre el temor de los
niños a la oscuridad (Valentine, 1920-30) o a los animales, parecen aportar
datos sobre la maduración, estos miedos aparecen hacía los dos años, sin una
experiencia previa, que los pueda causar (lecturas, conversaciones u otros
datos sobre el tema). Los miedos alcanzan el máximo entre los cuatro y cinco
años de edad.
Según Gray (1971),”podemos clasificar,
entonces, los estímulos causantes del miedo en: intensos, novedosos,
característicos de peligros especiales de significado evolutivo y estímulos
procedentes de interacciones sociales entre congéneres”.
Existen cambios fisiológicos ante una
situación provocadora de miedo. Los sistemas fisiológicos implicados, a nivel
interactivo, por excelencia, son: el sistema nervioso autónomo y el sistema
endocrino.
Podemos decir, de forma simplificada, que el
miedo es una reacción de protección por parte del organismo que depende del
desarrollo filogenético (origen) y también de la situación concreta en la que se
produzca.
Hay varias maneras, en que se reacciona al
miedo como:
-El ataque, la huida, la paralización o
algunas conductas intersociales de sumisión frente a dominancia.
Desarrollo
y abuso del miedo en los seres humanos.
En los seres humanos, podemos decir, citando
a Sue Breton (1995), “que abusamos del miedo, pues hay comportamientos cuyas
reacciones fisiológicas son muy parecidas, que están muy lejos de cumplir con
la función de protección”.
De una forma básica, podemos decir, que los
seres humanos sentimos miedo, cada vez que enfrentamos una situación nueva,
esto es, relativamente frecuente a lo largo de la vida, luego el miedo no se
supera nunca mientras sigamos viviendo, eso sí, podemos aprender (y de hecho es
lo que hacemos) a manejarlo para que no nos paralice o nos invalide.
-Miedo-reacción de supervivencia del cuerpo
ante una amenaza inmediata
-Ansiedad-reacción del organismo, a nivel
cuerpo y mente, ante una amenaza, menos inmediata a la que la persona puede
poner fin.
-Estrés- reacción continuada del organismo,
ante una amenaza que sigue sin resolverse.
-Preocupación – igual a la ansiedad, pero el
organismo no ejerce ninguna influencia, sobre ello.
Qué podemos hacer y cómo interpretarlo
Siguiendo la idea de Zaldívar Perez
(2003), frente a una situación novedosa y provocadora de miedo, lo más adecuado
es tener la sensación de control, para ello puede ser interesante disminuir
nuestra vulnerabilidad y aumentar nuestra resistencia, situación que llevamos a
cabo a través del manejo de nuestros pensamientos (actitudes, distorsiones,
exageraciones, creencias...) y sentimientos, así como el análisis de la
situación externa a nosotros y la posibilidad de ejercer control para
modificarla o ajustes internos para aceptarla y manejarnos en ello.
Según Susan Jeffers (1987) vamos a
citar, las cinco verdades sobre el miedo
El miedo nunca desaparecerá mientras, siga
creciendo.
La única manera de liberarse del miedo a
hacer algo es hacerlo.
La única manera de sentirme mejor es...
enfrentarlo.
No soy único sintiendo miedo en terreno poco
familiar, les pasa igual a todos los demás.
Vencer el miedo asusta menos que convivir con
un miedo subyacente que proviene de la impotencia.
La mejor manera de superar algo, es
enfrentarse a ello. No debemos perder la oportunidad de enfrentarnos a nuestros
peores temores y hacer algo al respecto. Si bien lidiar con lo que tememos
puede ser un poco violento para nosotros, podríamos comenzar a trabajar con
temores menores, asociados al primero.
La clave es actuar, hacer algo para comenzar
a construir nuestra confianza., tenemos que identificar la raíz de nuestro
miedo y estar determinados a luchar contra él, teniéndonos paciencia y buscando
ayuda de ser necesario. El miedo puede ser superado solo hay que estar
dispuestos a trabajar en ellos, acaso vale la pena vivir con miedos. (Elena
Gómez Rey)