Muchos
ejecutivos viven comprometidos con su empresa y se descuidan de su
familia. Ante un problema, tienden a culpar siempre aun factor externo y no se
ven a ellos mismos. La idea del coaching es transformar esos paradigmas.
De
todas las vertientes del coaching el ontológico es el que más éxito ha tenido.
Su metodología se concentra en el propio ser, en su parte espiritual. A través
de juegos, dinámicas grupales, ejercicios de meditación, abrazoterapia y otras
herramientas, el individuo logra frenar sus patrones de conducta habituales
para comenzar a operar con mayor productividad, mejorando su capacidad de
autocrítica y descubriendo nuevos caminos para revertir situaciones de
conflicto. "No se trata de hacerle una terapia, si no demostrarle que hay
otra manera de hacer las cosas para convertirse en la persona que quiere
ser".
El
coaching ontológico nace en Estados Unidos, impulsado por la psicología
humanista, y posteriormente por la de tipo organizacional. Sus antecedentes más
directos se encuentran en las enseñanzas del psicólogo Werner Erhard, quien
desarrollo en 1978 los fundamentos propios de esta metodología. Algunos
expertos creen que el coaching es el resultado de una conjunción de
conocimientos adquiridos a lo largo de la historia, desde la filosofía griega,
la existencialista, el construccionismo y hasta el yoga. Sin embargo, no es
hasta 1980 cuando comienza su difusión por todo el mundo.
Tanto
así que el éxito del coaching en el ámbito empresarial se ha expandido a otras
áreas como la salud. Ahí esta el coaching ontológico. La idea es que el
paciente pueda hacerse responsable por su calidad de vida y cree hábitos
saludables para alcanzar sus metas.
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