sábado, 5 de enero de 2013

¡EL QUERER CAMBIAR A TU PAREJA AGOTA!


Es difícil sacar adelante una relación de pareja cuando ha bajado la marea del enamoramiento, pues es allí cuando las ilusiones se desvanecen ante la imponente e ineludible presencia de la realidad. Lo que antes era perfecto, ahora nos molesta, los defectos que antes eran absolutamente tolerables y adorables, se convierten en temibles excusas para ya no querer pasar mucho tiempo al lado  de quien antes considerábamos como “la mitad que nos faltaba”.
 
Hasta ahí todo estaba perfecto: iniciábamos una nueva vida enamorados, el corazón se llenó de alegría y esperanza. Pero con el pasar de los días, el simple gusto mutuo ya no resulta suficiente, al contrario, resulta monótono y agotador.
 
Sin embargo, lo más difícil no es sufrir una decepción de esta clase, lo más difícil es seguir queriendo ver un espejismo, es entonces cuando nos creemos con el derecho y el deber de cambiar a la otra persona a nuestro antojo, pues queremos materializar  la imagen que de él o ella construimos en un inicio, es aquí en donde creemos cosas como “mi pareja puede cambiar” o  “yo puedo hacer que mi pareja cambie”, lo cual es totalmente falso.
 
¿Qué nos hace creer que podemos cambiar a nuestra pareja? ¿Será que de verdad nos enamoramos de nuestra pareja o de la percepción que tuvimos de ella? ¿Nos gustaría que nos pidieran que cambiásemos para mantener una relación?
 
Nos enamoramos de la diferencia, pues ¿acaso tiene gracia enamorarse de tu reflejo en el espejo? Así que hay que tener en cuenta algo básico: todos somos UNICOS  y VALIOSOS, tanto quien se enamora de nosotros como nosotros mismos, y  todas tenemos derecho a “ser” como queramos sin reservas, tenemos derecho a que NOS AMEN TAL Y COMO SOMOS, SIN CONDICIONES  NI ADVERTENCIAS. Es cuestión de respeto y de lógica: si no acepto al otro tal cual es,  entonces ¿para qué quiero estar con esa persona? ¿Acaso puede construirse sobre terreno inestable algo estable?
 
Cuando decidimos entablar una relación con alguien, nos encontramos con alguien que ya está conformado como persona: tiene gustos, defectos, aficiones,  creencias, virtudes y costumbres, negar eso, sería negar el amor que decimos  sentir.
 
Intentar cambiar a nuestra pareja no es negocio, pierden ambos, y lo más consecuente, pierde la relación que estaba naciendo y se pierde el respeto por la pareja mas aun se pierde el respeto por nosotros mismos. Siempre debemos pensar en lo que queremos para nuestras vidas, así sabremos a quién debemos buscar. Nuestro corazón no se equivoca, y no acepta cambios o devoluciones
 
“NUESTRO CORAZÓN NO SE QUIVOCA YA QUE NUESTRO CORAZÓN SIEMPRE TIENE LA MITAD DEL SENTIMIENTO Y LA MITAD DE LA RAZÓN” 
Escrito por : SANDRA HUAMANCHUMO