Cuando las relaciones de pareja avanzan en el tiempo dejamos atrás el apasionamiento del principio, nos volvemos más realistas y propensos a ser víctimas de enemigos casi mortales para cualquier relación: la falta de comunicación, la rutina y los problemas de convivencia.
El mantener una relación duradera implica que compartan momentos de intimidad en donde la comunicación y la confianza se den plenamente. Es necesario aprender a expresar sentimientos y saber los de nuestra pareja. Se requiere escuchar, comprender y prestar interés por todo lo que nos manifieste. No debemos permitir que el cansancio y falta de tiempo nos impida mantener este contacto. Para evitar caer y ser victimas de la rutina, son importantes los detalles y nuevas ideas serán necesarias para no caer en la monotonía, garantizando el deseo de estar juntos y de realizar actividades divertidas que entretengan. El amor y la imaginación deben ir de la mano para lograrlo.
Por otro lado, el cambiar de actitud en la convivencia enriquecerá a la pareja en lugar de debilitarla. Recordemos que es en la convivencia, con el día a día, cuando más se llega a conocer a la persona que amamos y donde más podemos apreciar sus defectos y cualidades. Habrá que ceder y renunciar a algunas costumbres nuestras para adaptarnos a las del otro o a las que poco a poco se irán creando juntos, debemos evitar el imponerse al otro en su forma de hacer u organizar la vida en común. Se requiere estar dispuestos a ceder en sus costumbres y/o a compartir su espacio y sus cosas, de lo contrario es mejor que no se plantee vivir juntos, pues hay muchas probabilidades de que la relación fracase.
Importante es también considerar como enemigos mortales de toda relación de pareja es el tiempo frente al televisor, dejar de salir juntos, dejar de tener tiempo para el otro, celar excesivamente, escasear las relaciones sexuales, abusar de la vida social o retraerla, dejar de construir cosas juntos, si ambos no pueden solucionar o enfrentar alguno de estos enemigos, será conveniente que busquen la ayuda de un terapeuta.
Lo importante también será que aprendamos a negociar y hablar sinceramente sobre las cosas que nos agradan o desagradan de nuestra pareja.
Lo esencial para no tener enemigos en nuestra relación de pareja: Es la comunicación.
