domingo, 9 de junio de 2013

EL PRECIO DE SER ACEPTADO ¿ESTOY DISPUESTO A PAGARLO?

Estamos acostumbrados a que la televisión, la publicidad y otros medios nos muestren imágenes de personas bellas, sensuales y  con cuerpos extremadamente delgados o esculpidos como modelos de belleza, dando a entender que esto es lo que “llevará al éxito” tanto a hombres como mujeres, y quien no cumple con estos parámetros no podrá triunfar en esta sociedad.
 
La imitación de estos modelos se ha convertido en una amenaza para la salud de muchas personas, especialmente de los jóvenes,  pues esta obsesión por una imagen perfecta y la aceptación de ella en la sociedad desencadena problemas emocionales y de salud que pueden llevar a la muerte a la persona que lo padece y un sufrimiento interminable a los que rodean al afectado.
 
La causa principal de estos problemas es la disconformidad de aceptarnos tal y como somos.
Existe el concepto erróneo de que si una persona no es hermosa o elegante, los demás no se interesarán en ella, pero la verdad es que lo importante no es la apariencia, sino nuestra personalidad: nuestros valores, indentidad y la plena aceptación de nosotros mismos es lo que nos hace más interesantes y felices, proyectando una imagen auténtica a las personas que nos rodean.
 
La aprobación que nos pueden dar los demás no es indispensable para poder definir  nuestra identidad,  lo escencial es lo que nosotros creamos de nosotros mismos  y el hecho de querernos tal y como somos, tanto  en el aspecto emocional, como fisicamente.
 
Una autoestima sana refleja y reconoce la confianza que tenemos en nuestras cualidades y talentos. Cuando te comparas con los demás, pierdes tu identidad. Acéptate tal como eres, no hagas sacrificios innecesarios para poder calzar en los modelos que impone nuestra sociedad y anímate a ser auténtico ante cualquier situación.
 
Ps Claudia Vallejos.

EL INICIO DEL APEGO

Los vínculos afectivos son una necesidad que forma parte del desarrollo de un niño, si esta necesidad no es satisfecha, el niño, adolescente, joven o adulto sufrirá de aislamiento o carencia emocional. El Apego o vínculo afectivo es una relación especial que el niño establece con un número pequeño de personas este lazo afectivo  se forma entre él mismo y cada una de estas persona, lazo que le impulsa a buscar la proximidad y el contacto con ellas a lo largo del tiempo generando un mecanismo innato en busca de seguridad.
 
De esta manera los vínculos de apego no sólo se establecen con los padres o familiares directos sino que pueden producirse con otras personas próximas al niño.
 
Durante la adolescencia progresivamente se van distanciando más de las figuras de apego y aparece un cierto rechazo como forma de buscar su propia identidad. El deseo de  ya no es estar con las figuras de apego sino que éstas estén disponibles para casos de necesidad. Es un proceso natural por el que no hay que temer si se han hecho bien las cosas. El adolescente ha iniciado ya el camino de las relaciones sociales y los vínculos de amistad que marcan el inicio del camino hacia el encuentro de la etapa adulta.  Si la relación de apego se estableció de forma adecuada en los períodos críticos, el lazo afectivo que vincula a padres e hijos trascenderá a la época adolescente y es probable que se prolongue toda la vida.
 
“El éxito de los hijos en un futuro no se medirá por lo brindado materialmente, sino por la intensidad y calidad en relaciones afectivas que se ha construido en ellos desde su infancia”
 
Ps Kristel Loayza